EL ORIGEN DE LA MASÍA CATALANA

Los primeros documentos definen "masía" como una unidad territorial familiar que forma parte de una villa o gran finca rústica instaurada entre el siglo IX - X.

Fueron edificaciones creadas al borde de un margen donde había una planta baja elaboradas con piedra seca, conjuntamente con una cubierta hecha con ramaje, tierra o losas de piedra. Llevada a cabo por una familia dentro de una propiedad única.

Las primeras construcciones eran formadas por sencillas casas de campo donde vivía una sola familia. Son llamadas masía horizontal.

A inicios del s. XII aparece la masía vertical como inicio del transcurso con un tipo arquitectónico consolidado el que ya no se modificará en los siguientes siglos.

Por consiguiente, está compuesta por una planta cuadrada o rectangular construida con paredes gruesas afianzado con hormigón que permitía crear una altura de dos o incluso más pisos.

La masía de dos cuerpos, con anchos ejemplares tanto del s. XIV como del s. XVIII, consta de unas paredes exteriores menos gruesas pero con unos muros internos en todas las plantas.

Queda perfectamente establecida la concepción arquitectónica: una casa de dos fundamentos incluso a veces de un tercero o desván. La masía tiene una entrada común a planta baja, con una escalera que comunica directamente con la cocina del piso superior y hace de distribuidor en las cámaras y de la buhardilla cuando los hay.

Finalmente, la masía de tres cuerpos consta de una gran sala en la parte central, trasladando la cocina a un lugar lateral ya sea en el mismo piso o planta baja.

El resto de caseríos construidos anteriormente se reforman por conseguir que el comedor o la sala queden con una posición centralizada de la casa y conseguir más superficie útil. Este hecho se da desde finales del siglo XVII todo el s. XVIII y XIX.